Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 18 de abril de 2017

Del “olvido del ser” de Heidegger y de sus seguidores anarquistas

Martín Heidegger dijo que en la antigua Grecia los filósofos se olvidaron del ser y lo reemplazaron por el ente, como si nunca más hubieran pensado en los seres. Ya de por sí esa cuestión está mal planteada, porque los filósofos griegos siguieron pensando en los seres, no se olvidaron del ser. A lo que Heidegger se refirió es a que al instaurar la lógica los filósofos se desentendieron del encantamiento mágico de la poesía y la mitología, pero su explicación es confusa, porque a veces sugiere que el olvido del ser no es eso, sino otra cosa, a la que no explicó bien. Lo mágico proviene del mazdeísmo, la religión persa. Luego se expandió el concepto para una parte de la espiritualidad inferior. A veces parece que este Heidegger hablara del olvido de la nada, otras veces habló de “lo gravísimo”, sin decir qué es eso. La explicación heideggeriana es fraudulenta, porque no señaló bien su planteo, de manera tal de que lo pudiéramos entender y evaluar fácilmente, y por eso hace perder el tiempo, además de confundir a algunas personas, que lo estudian durante años pensando que es muy sofisticado para que ellas lo entiendan, cuando el caso es que él mismo se encargó de ser incomprensible, porque sus ideas eran una sanata: de haberlas explicado claramente habría quedado expuesto al ridículo ante sus oyentes. El problema no es sólo que Heidegger haya sido un trucho, sino que algunos anarquistas lo retomaron, porque con eso de buscarle pelea al sistema con cualquier excusa Heidegger les proveyó de un argumento contra la lógica y la técnica racionales, con el que molestan bastante, porque ese argumento es irresponsable: no sirve para criticar bien. No se entiende bien qué les molesta a los anarquistas de la técnica y la lógica racionales, porque no lo dicen por estar ocupados en hablar de esta filosofía incomprensible para el común de las personas, o sea que es microelitista. Hace a supersectas de soberbios. Además, los filósofos no se olvidaron de los dioses, sino que en su mayoría compusieron sus relatos teístas con sus filosofías, y tampoco omitieron del todo a la poesía. La crítica al racionalismo no debe ser cualquier cosa, tiene que ser una crítica cierta, y ni el racionalismo es todo malo, ni es toda buena la poesía, así como casi siempre es falso el teísmo. La impiedad no es mala en sí misma. Puede ser mala, como lo es la piedad, pero debe ser buena, y puede serlo.

La teoría heideggeriana es bastante difícil de entender, y de a momentos imposible, cuando no desacertada, lo que se nota en los diccionarios, que no la pueden explicar bien, porque, como es una mala teoría, hacerla críptica le sirvió al autor para que las personas no se dieran cuenta de que las estaba chamuyando. Las teorías buenas son comprensibles, aunque sean difíciles de entender, porque se puede ir comparando la explicación con hechos de la realidad, además de que están bien escritas: las palabras quieren decir lo que suelen querer decir, no les andan inventando significados extraordinarios recurrentemente, ni cambiándoselos de un momento al otro, o violentando mal a la etimología. Quienes quieran pueden hacer la prueba de intentar comprenderlo a Heidegger en las enciclopedias, o hablar con quienes hayan asistido a cursos sobre su obra, o leerlo. Es una especulación que no siempre tiene correlato con la realidad objetiva y que sugiere más que explicar, o que cuando explica lo hace mal, como cuando dijo que los humanos no pensamos en que no pensamos, cosa que no es verdad, porque sí pensamos (pensamos siempre que estamos despiertos, y a veces al dormir), aunque después haya agregado qué es lo que quiso decir. En ¿Qué significa pensar? hizo eso varias veces: expuso ideas incompletas, a las que después les iba completando su significado, sin que siempre quedaran bien expuestas, así como manteniendo el suspenso, pero al final no satisfizo las expectativas que generó.


Enmienda

Para ser justo, admito que yo no sé si Heidegger tuvo la intención de engañar a sus discípulos. Lo que es verdad es que él fue nazi cuando rector de la Universidad de Friburgo, y que no se arrepintió públicamente de haberlo sido. También que Carlos Suárez me dijo una vez que Heidegger hizo una lista negra, de delación de estudiantes opositores al nazismo, y lo mismo que su predica es críptica e incomprensible. De allí que considero que se trata de una seudofilosofía, menos por poder refutarla en sí misma que por saber que no se ocupó de hacerle justicia a los damnificados por el nazismo luego de que éste cayera. Después de haber sido nazi, se evadió de criticar al nazismo debidamente, así que tácitamente lo siguió reivindicando. Lo menos que corresponde es que se dilucide terminantemente la cuestión, y que mientras tanto se alerte a los estudiosos de su obra de los reparos que le caben.