Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 9 de abril de 2017

El ser que conocemos deviene y permanece

El ser del que trata la ontología, al que entiendo como lo existente, de acuerdo a lo conocido por la humanidad, es el universo. Dentro de sí hay muchos otros tantos seres. El universo es histórico, tiene un inicio, el big bang, y un desarrollo, que llega hasta el presente. Lo que haya por fuera del universo en realidad sería parte del universo, o sea, de todo lo esente, en el sentido de existente; pero de eso no sabemos nada, nomás podemos especularlo, de igual modo que sucede con lo que haya sido anterior al big bang. Entonces, el debate sobre el ser basado en pruebas, debe ser el debate sobre lo que sea conocido por la humanidad: no debatiríamos sobre todo lo que es, sino sobre lo que conocemos, que es el universo y algunas de las cosas que están dentro de él. Podemos debatir sobre lo que no comprobamos bien, pero ese debate es de una especulación sin pruebas suficientes para sacar conclusiones, ni para justificar sus postulados. Los seres supuestamente exteriores al universo no sabemos que existan por sí mismos: podemos postular su existencia, pero no comprobarla, lo que hace que esa postulación sea mal procedente: es una hipótesis a la que hay que tomar por hipótesis. Entonces, habiendo acotado el ser al ser conocido por nosotros los humanos, cabe decir que a la vez que deviene permanece. El universo, desde haberse originado, permanece siendo uno, pero evoluciona, y a la vez que evoluciona algunas de sus cosas siguen siendo las mismas, aunque cambien de estado. No es una permanencia absoluta, ya que todo cambia todo el tiempo, porque los átomos están en movimiento, en tanto que la materia cósmica se despliega y transforma siempre, pero nosotros percibimos a algunas cosas como estáticas, porque lo están para nuestra perspectiva, y cambian en lo que cambian, e incluso así a veces siguen siendo las mismas cosas. El devenir tampoco es absoluto, hay materia fija. La Tierra sigue siendo la Tierra aunque se mueva todo el tiempo y tenga un ciclo inercial, una historia planetaria, con un principio ya comprobado y un final seguro. El devenir y la permanencia son históricos y simultáneos. Lo que deviene permanece en algunos aspectos, y lo que permanece deviene en otros.