Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 22 de abril de 2017

Qué vanidad debiera ser

La vanidad es un rasgo celebrable del carácter humano. No sabría bien cómo definirla, pero es divertida, festiva. El asunto es que también puede ser perniciosa, según cómo sea, o ser más o menos grata, de acuerdo a lo que fuera la relación de quien la ejerza con el entorno, así que habría que pensar en cómo hacer para que la vanidad individual sea buena, lo que se terminaría de definir en su efectuación, que a su vez tendría males, de los que se le haría el balance, se la corregiría, y así, pero para que la vanidad sea más grata tiene que ser social, lo que requiere del buen atendimiento de las necesidades sociales. El socialismo es vedetista, aspira a socializar mejor al ludismo, y por eso insiste en la cuestión económica, pero esa no es la única importante, porque la gente tiene que saber comportarse en todos los sentidos que deban ser, o sea, que las personas tienen que ser socialistas para que funcione bien el socialismo. Hasta tanto proseguirá la crítica preparatoria y la superación gradual enmarcada en el sistema vigente, o incluso transformado en su eje económico, que será más o menos mesograta.

El pasaje del capitalismo al socialismo implica una transformación social gradual porque en realidad de lo que se trata es de una evolución desde un sistema más idealista y capitalista a otro más verista y socialista, que tienen muchos aspectos, centralizados en la economía, pero también interpuestos a esa centralidad. El idealismo, como concepción pautante de la práctica más activa, no sé si es más importante que la economía, pero está a ese nivel: ambos existen fusionados y tienen mucha importancia. La practicidad los engloba, porque las idear y economar son prácticas. Lo que pasa es que el idealismo ingrato contiene a las ideas con que se define el deber ser de las prácticas económicas y a las del de aquellas de las demás instancias sociales, a su vez que responde a la historia que le antecede y que es contrariado por el interés hedonista, que a su vez tiene sus falencias. En verdad el socialismo es un hedonismo moderado, que aspira a lograr una buena moderación de la práctica sociohumana, incluso aunque a veces no la tenga en sí mismo.