Al vivir se empieza a sentir, que es como ver porque la vista es un sentido. Se nutre, siente y reproduce, porque al crecer se fabrican espirales génicos, que son los que perpetúan al género. Primero se hizo por división celular interna, de tipo unisexual. Después fue bi y trisexual, y con cambios sexuales durante la vida. Entonces, también tiene que haber equidad sexual y genérica, cosa imposible en lo inmediato por la testarudez humana, que puede durar por siglos. La equidad no tiene que ser absoluta, o no tiene que serlo siempre. No obstante, la vida no es sólo la vista. Es un engrandecimiento corporal sensible, esto es, que incorpora entes dentro de sí, a partir de lo cual se hace a las sensaciones.
La creación contiene a lo muerto, anterior a lo génico, la materia que antecedió a los genes, unos espirales diminutos que tienen brazos hacia adentro que terminan en puños. Esos genes dan vueltas mientras que se agregan cosas y se agrandan hacia arriba, acercándose hacia la luz solar, pero no siempre van hacia allí, ya que a veces se busca lo oscuro.