Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 16 de junio de 2020

Para la desinfección de las edificaciones privadas

Habría que ver si no sería bueno rociar con lavandina en agua las salas de entrada, ascensores, escaleras, sótanos, pasillos y recepciones de los pisos. La lavandina tiene un efecto duradero, por lo que mantiene el lugar desinfectado por más tiempo, igual que el cloro, y no sé del alcohol. Los gobiernos podrían convocar a la población a que desinfecte los espacios de uso compartido, para lo cual se tendría que saber cómo hacerlo bien. El combate al coronavirus espigado tiene que ser societal. No basta con el gobierno y las grandes empresas sanitarias privadas. La desinfección doméstica existe, pero puede mejorar. Se podría llamar a rociar las cosas más tocadas de las edificaciones, como las botoneras de ascensor, picaportes y timbres. También se pueden hacer rociadores de bolsillo con los tarros de repelente para mosquitos.

Capaz que si se le pone un pedazo de pastilla de cloro al rociador ya se arma un desinfectante duradero, que serviría por meses, tal como las pastillas duran en las piletas, pero habría que verlo bien. En caso de servir, los gobiernos debieran socializar el tema por la prensa, para que el hombre común lo pueda aplicar.