Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 3 de junio de 2020

Porqué es necesario criticar al proletariado

Primero, para entenderlo. La crítica es el análisis, lo que hacemos para investigar. La revolución social, por otro lado, requiere comprender bien a los actores sociales, y el proletariado es el actor principal, porque es el más grande. Entonces, se lo debe criticar lo suficiente. Además, el proletariado no está exento de crímenes, de cuya supresión dependerá el éxito del socialismo. Para que la izquierda componga una estrategia suficiente debe entender bien al proletariado, lo que implica reconocerle bien las faltas, que merecen una condena justa, como todas las faltas, de acuerdo a lo que sean, lo que es en un contexto y tiene una historia. La concreción suficiente del socialismo demanda la transformación de la clase asalariada así como la de la clase que vende por más plata, cuya parte baja puede no acumular de sobra y hacerlo poco, y hasta más que poco. No obstante, no sólo hay que ver el nivel de la acumulación, sino también su calidad. La calidad de la acumulación depende de la razón social, por lo que se hace preciso que la sociedad entienda lo suficiente de la cuestión teológica.

El ateísmo reemplazó la adoración a los dioses por la condescendencia casi absoluta al proletariado, lo que es como una antítesis de aquélla, pero no es una antítesis lo suficientemente verdadera, por lo que se la tiene que corregir. El proletariado, como actor social, es un culpable inferior de los delitos humanos, pero que se asuman bien sus faltas es imprescindible para concretar algunos de los objetivos revolucionarios, así como la crítica de su política es necesaria para definir bien la estrategia transformadora.

Los crímenes proletarios deben ser hasta mayores que los capitalistas, porque la clase obrera es muchísimo más numerosa que la empresaria, pero son delitos de una clase inferior, que está subordinada a la alta, y además los términos de esta distinción de clases tienen defectos etimológicos, por lo que cuesta alcanzar una formulación suficiente.