Hay un precepto que dice que la libertad debe ser permitida en tanto que no dañe a otros humanos, pero la libertad de expresión está dañando a muchos por la de mentiras y verdades malignas, como las que son a medias, o mal intencionadas, que se dicen. Al expresarse es imposible no hacerle ningún mal a nadie, pero se puede intentar medirlo, lo que a veces tendría buen éxito, y corregirse según las críticas que se adviertan.