Así como el calor debe tener sus cuerpos, derivados de la luz, el frío puede tener los suyos, venidos de la oscuridad. Serían emanaciones de lo oscuro, cuyos astros son los agujeros negros, opuestos a los soles. Ambos se dan en conjunto de una manera tal que hace que tomar partido por unos o por otros carezca de sentido.