Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Del nacionalismo socialista

En “Sobre mitos nacionales y el nacionalismo en Panamáˮ, publicado en Sin Permiso el 7 de noviembre pasado, Olmedo Beluche dijo que no se puede ser nacionalista y socialista al mismo tiempo, lo que a los socialistas que quieren gobernar los pone en mala posición, porque ellos quieren gobernar a naciones, a agrupamientos humanos de la identidad nacional del constitucionalismo capitalista, opresora de las que lo anteceden. El socialismo árquico debe ser nacionalista, pero de un nacionalismo en particular, que debe ser internacionalista. Es un nacionalismo contradictorio y provisorio mientras que las naciones se identifican nacionalmente. El socialismo no debe intentar adelantarse mal, ni mucho, de la predisposición política mayor de las masas nacionales, incluso aunque ella sea mala, porque es mayoritaria. En ese momento debe hacer la crítica de las masas. El socialismo debe favorecer al desarrollo de las masas, porque el avance debe ser social. No cuadra mucho el vanguardismo sobre una base social falente. Entonces, primero se debe priorizar a la calidad de la vida proletaria, la de la subsistencia, y luego en ella al desarrollo científico y político. A ese orden hay que mantenerlo como pueda ser.

En rigor, a la crítica de las masas hay que hacerla siempre, pero más aún cuando se tornan degresivas, o retardatarias.