Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 6 de noviembre de 2017

El andomarquismo

El anarquismo oscila entre rechazar al gobierno y hacerlo con el gobierno malo, como es el caso del anarquismo zapatista, que no se asumió como bonarquista ni cuando apoyó a las juntas de buen gobierno. El andomarquismo es la política que objeta al gobierno dominante, que tiene un teísmo dominante, política que tiene varias formas de teísmo alternativo, además del ateísmo materialista agnóstico, el seguidor de la idea del big bang que no supone que éste fuera precedido de un dios. En ocasiones el anarquismo es comunista, o democrático, falseándose a sí mismo, porque entonces es un anarquismo árquico, un seudoanarquismo, coárquico, de búsqueda de un gobierno popular. Si van a ser anárquicos debieran serlo de verdad, lo que es imposible porque los pueblos seguirán recreando a los gobiernos, por lo que las relaciones humanas serán relativas al gobierno así sea indirectamente, de lo cual deduzco que deberían ser bonárquicos, aunque la del bonarquismo sea una aspiración inalcanzable, porque es necesaria para el común de las naciones. Eso si les interesa ayudar a vivir a los más pobres.

El anarquismo tiene el problema de que a la vez que objeta al gobierno existe en sociedad gobernada, por lo que su recusación le causa conflictos interpersonales de índole cotidiana, porque su aspiración anti gobernante se topa una y otra vez con las actitudes legales de la gente proárquica. Es más fácil sostener al alterarquismo, la exigencia por un gobierno distinto al existente, que requiere de su transformación porque éste prima. Asimismo, esto les permitiría a los anarquistas admitir su aceptación de lo bueno del gobierno, a lo que adoptaron sin decirlo, para no caer en una incoherencia discursiva, sin que zafaran de la incoherencia práctica.