Como persisten en ser anarquistas la politicidad gubernativa se les torna implícita. El anarquismo es reformista, porque las reivindicaciones de la protesta lo son, pero es de un reformismo anarquista, o sea que está contrariado por la mala caracterización hecha al gobierno. El anarquismo deberá admitir su reformismo y su arquismo mientras que exista. Tiene esa tara. El zapatismo es arquista, porque Emiliano Zapata fue gobernante.
El socialismo debe ser autocrítico y no creerse perfecto del todo, porque debe existir y porque puede hacerlo mal.