El materialismo capitalista, inicialmente monoteísta y luego biconceptivo, al plegársele el ateísmo socialista, tanto el socialdemócrata como el comunista, y de menores formas el resto de la izquierda, es bastante efectivo porque responde a la ciencia más elaborada por la especie, la universitaria, además de que la clase capitalista hace el esfuerzo inmenso de analizar a la realidad para sobrevivir, porque existe en una competencia muy rigurosa.