Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Del seudoajuste

El llamado ajuste que efectúa el privatismo no es un ajuste en verdad, porque si lo fuera sería gustoso. Es un seudoajuste de las finanzas estatales, a las que en falso se toma como desequilibradas por el gasto público del liberalismo heterodoxo, al que la religiosidad estricta del ortodoxo consideró como una fiesta a la que le replica con un remedo mortificante. Es el miércoles de ceniza en términos de política económica, posterior al martes de carnaval, que tampoco se salió de la lógica divina: es de deificación baja. El liberalismo pendula según la lógica del combate entre el carnaval y la cuaresma, o sea, entre el pietismo privado y el público, en tanto que este último incluye a deificaciones comunes tomadas por buenas, como los cristos populares y sus santos subsiguientes, e incluso a algunas malas adaptadas simpáticamente, como los diablos risueños, lo que hace a la confluencia crítica del democratismo piero con el ateo socialista.

La divinización privada es una truchada enorme también, y contiene a dioses más estilizados, más finos, y más proclives al terror porque la privatización es aislante.