Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

La seudo-razón

La llamada razón capitalista es una razón falsa. El debate de la modernidad tiene un error básico, que es el de confundir a la buena razón con la seudorrazón capitalista, que es algo buena y algo mala, ya que es algo creyente y obstinada, y seguidora en ocasiones de malos intereses, lo que torna a su éxito en pendular. Logra su propósito mal y bien, y cuando lo logra, y en otras falla, y bien y mal.

El racionalismo teísta no puede asumir a los aspectos de la realidad que son contrarios a los preceptos de sus credos, o lo hace con dificultad, lo que al ateísmo capitalista le sucede de otro modo con su ideología. La ideología del comunismo gobernante es analizable, igual que la de la socialdemocracia.

El idealismo capitalista, tanto el más creyente como el más verador, es fallido, porque su razón es insuficiente. En un caso más por la diosedad y el fideísmo y en el otro más por la capitalidad, que se sintetizan en el progresismo falseado de la ONU, que mide la evolución internacional según un modelo estadístico incompleto y equivocado en algunas cuestiones. El modelo chino, el de Vietnam y Corea del Norte, es afín al del liberalismo democrático, pero con disidencia téica y otro tipo de autoritarismo político, que es correlativo a la maldad de las naciones: no se debe hacer una crítica del gobierno condescendiente con la base social. Hace a un capitalismo mixto, como el del liberalismo, tanto el orto como el heterodoxo, desde un gobierno ateo y comunista, adorador del marxismo, y de su vertiente maoísta, cosa que también son formas de idolatría. La idealización idolatrante del marxismo es un derivado de la lógica crédica al que el socialismo debe terminar. La socialdemocracia, a su vez, se sitúa más entre el liberalismo heterodoxo y el comunismo capitalista, habiendo sido proclive al socioliberalismo, tanto al heterodoxo del estado de bienestar como al ortodoxo del Consenso de Washington. El modelo socialdemócrata del estado de bienestar también fue liberal, por haber sido del republicanismo democrático de las revoluciones burguesas, pero fue heterodoxo en materia económica. Al haber adoptado al método electoral como forma de obtención del gobierno, se subordinó al constitucionalismo liberal. El problema es qué liberalismo adoptar en el marco de una lucha legal. El izquierdismo radical, tanto el anarquismo como el trotskismo, criticaron a la socialdemocracia de manera idealista, exigiéndole un maximalismo programático que no se correspondía con las reivindicaciones populares, ni con las obreras, pero a su vez la socialdemocracia falló en cuestiones en las que podría no haberlo hecho. Habrá que adoptar una política paciente, ya que el desacierto es bastante frecuente.