Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 9 de noviembre de 2017

Para que los pibes no se rompan las gambas en las canchas de fútbol pavimentadas, y revientes análogos

Habermas le discutió a Derrida el planteo histórico, su comprensión de la historia y su propuesta de respuesta política intelectual al análisis de la historia, con su injusticia. Apenas conozco al debate, pero puedo decir algo al respecto. Es una dicencia escrita.

Los géneros existen. Son grupos identificados que tienen límites evolutivos e intersectarios. Son géneros de seres que tienen una historia. Los seres tienen una historia común en la que se diferenciaron entre sí. De allí que su entendimiento por parte de las especies vivientes, y de la humana, haya sido genérico. Se agrupó conceptualmente a objetos afines, y a su vez fundidos en una misma existencia.

Parte de la crítica literaria es de una cientificidad falsa porque la ciencia responde más al teísmo capitalista, al idealismo de fe, que es el del fetichismo; pero es científica, en el sentido de que es discirniente. Sucede que hace un discernimiento de mala calidad, porque es lacerante. Al ser aristocrática, cuando es procapitalista, como lo fuera el anarquismo capitalista, de liberalismo ateo mal producente, adopta un carácter hiriente, como los diablos de los mitos, así como el comunismo fue un gran destructor de naciones, en tanto que la dominancia moderna ejecuta una laceración social que se refleja en el privatismo universitario. Es un reflejo imperfecto. La posmodernidad derrideana es lesiva porque la postura política de Derrida fue lesionante, por haber sido mal destructiva, al haber entendido él a la realidad de mala manera, porque fue místico en vez que agnóstico, o sea que tuvo la falla fundamental de interpretar a la historia en términos miteros, que son prestos a mentiras, con las maldades que se les derivan. El anarquismo posmoderno prendió con la decepción ante el sovietismo, y se consolidó con su caída, porque ofreció una crítica elaborada al sistema dominante, con su teísmo principal, un conjunto de monoteísmos en su gran mayoría, pero no fue una crítica atea, sino mística, sometida a dioses raros, con cultos esotéricos, que a sus seguidores les hicieron perder el tiempo en frivolidades fáciles de notar, cosa que los descalificó socialmente ante la moral dominante, también téica, y mal exigente aún en el bloque comunista, cuyas naciones tienen gobiernos privados, a los que les falta profundidad de análisis porque la internacionalidad es relativa. Las naciones humanas coexisten relacionándose, y son provisorias. Al ser identidades malas, porque son ritualeras, existen en falso. El nacionalismo es ritualístico porque proviene de los cleros, que al construir órdenes sociales conformaron a la identidad social y territorial de las naciones, identidad crítica porque el caos histórico no se le compone bien, al provenir aquélla de un condicionamiento equivocado. Pasó porque los cleros principales no estaban bien predispuestos a relatar a la realidad, por creer y porque sus integrantes debían adaptar los descubrimientos que hacían al vivir con los mitos fundantes de sus naciones. El misticismo pagano de Baco, y conexos, les respondió con violencia, pero sin criticarlos de verdad, lo que empeoró la situación. Situarse viene de asentarse, del seteo inglés, como montar un set, por lo que es sedentario. Después de varias décadas de vivir en la urbe, se dificulta dejarla por las lesiones esqueléticas, que impiden la mudanza al campo y la reiniciación de la vida personal. Los situacionistas fueron yiros, girantes, como los rolingas, y los nómades hicieron una migración en mucho interurbana, y en transporte a motores de combustión. No pudieron recuperar a la cultura rural perdida porque la tierra extraurbana está acaparada por los capitalistas agropecuarios, y fueron burgueses de estudios superiores, así hayan sido de secundaria, lo que da cuenta de su nivel social, de media y alta urbanidad. Los anarquistas, al ser universitarios, son de alta urbanidad, pero de índole democrática. Muchas llegan a la universidad desde las clases de abajo, por lo que son proclives al diablismo, y a los cultos populares, lo que es un error, porque el diablo no es un ser objetivo, que exista por sí, sino un mito humano que es tomado por verdadero mientras que es falso, como todas las idolatrías lo son: se le atribuye existencia objetiva a un personaje imaginario que no la tiene y que fue inventado por humanos en sus relatos religiosos primarios. El arquismo común también se debate entre el misticismo raro y el bajo, o el ateísmo: no es todo agnóstico siquiera. El comunismo téico también es una contradicción insensata, con sus variantes hasta el centro, que son dioseras porque la base popular de los partidos ateístas no es agnóstica lo que debe ser. El ateísmo político carece mucho de base social, al incomprenderse a la crítica que el racionalismo verista le hace a la creencia, que entonces transcurre en las instancias sociales, al modo del fetichismo, también transinstancial.

La identidad mágica también es falsa, porque no asume a la realidad de verdad.

Yo soy agnóstico con certeza, porque sé que la existencia objetiva de los dioses no fue comprobada lo debido para sostenerla, y también soy ateo, pero eso sin la certeza suficiente, como postura aventurada.